Esto es solo para mis amigos

Para no dejar de lado mi vanidad, ya que sería como dejar una parte importante de mí y no estoy dispuesto a dejar nada de mí librado al azar, ya que el azar es generalmente azaroso y eso me pone algo nervioso, porque lo que uno deja puede ser encontrado por otro y no está garantizado el buen uso que el otro le puede dar y ni siquiera el trato que le otorgue y honestamente me molestaría en demasía que cualquiera maltratara mi vanidad a su antojo, simplemente por haberla encontrado y que nada le haya costado crearla. Tampoco es porque el azar a uno no le haya tocado y dado sus beneficios en alguna ocasión, el hecho de que esté aquí es una prueba, lo suficientemente amplia, de haber gozado, por lo menos una vez de su benevolencia, de que otro modo se podría explicar que haya tenido éxito en la competencia para llegar primero, contra tantos adversarios y sin ninguna ventaja inicial. Esto me hace pensar, hubiese sido distinto que en lugar de llegar yo, lo hubiese hecho otro de los miles de espermas que navegaban junto a mí, o cualquiera de ellos hubiera resultado en mí de todos modos, es decir, yo era ya ese esperma o comencé a ser con la intrusión al óvulo, alguien podría darme una respuesta satisfactoria a esta cuestión??? Como nadie se ha molestado en responderme, seguiré suponiendo que el azar es el responsable, manteniéndome en mi total ignorancia, situación que es bastante conveniente, ya que me libra del pesar al suponer que otro/a podría haber ocupado mi lugar y que debido a la evidencia, podría haber sido algo mejor que yo, sin que esto signifique que debiera ser muy especial de algún modo, solo bastaría con que no fuese como yo para ser merecedor, pero para desgracia de la humanidad, fui yo el ganador (cosa que ya he relatado en un mal poema). Admitiendo que el azar solo en esta ocasión se hizo presente en mi vida favoreciéndome, tengo que reconocer que luego se olvidó de mí por completo, pero que esto no suene como que estoy algo resentido con él, al contrario, ya que cuando fue necesario estuvo y de eso no he de olvidarme jamás, claro que ustedes pueden creer que les ha sucedido algo similar, pero les aseguro que no es así, ustedes merecieron estar aquí, se ganaron en justa contienda el derecho por sus atributos, solo yo he sido elegido por el azar y es algo que me distingue de alguna forma. Volviendo a mi vanidad, no quiero que piense que la he olvidado, debo aclarar que no es la única virtud que he desarrollado, pero si a la que más tiempo le he dedicado para que se desarrolle por completo, fuerte y sana, impía y susceptible como debe ser. A mis otras virtudes no las he tenido tan en cuenta y es probable porque nunca le ofrecí gran esfuerzo a más de una cosa a la vez y mi vanidad ha ocupado casi todo mi tiempo, de todos modos mi soberbia, podría decirse que se encuentra en segundo lugar, algunas migajas ha podido recoger y aunque les aseguro que no fue mi intención, creció tan fuerte y sana, impía y algo menos susceptible que mi vanidad, hecho del cual no puedo vanagloriarme, ya que no fue por propia decisión, creo que todo el crédito lo merece ella misma, quien con muy poco creció enormemente, admito estar orgulloso de tenerla siempre a mi lado, como es lógico, quien no lo estaría. De las virtudes restantes no tengo gran conocimiento, ya que como las dejé libradas a su suerte, creo que no gozo de su amistad y beneplácito para realizar algún acto, de todos modos bien me arreglo con las dos que he sabido cuidar y de alguna forma alimentar bien o mal, lo que si me preocupa es algo o alguien que cada tanto se me presenta y sé que no es una virtud y mucho menos un defecto, ya que carezco de ellos y al cual no he podido dominar aun. En muchas ocasiones me enfrento con ese ser, por llamarlo de alguna forma, que demuestra una total irreverencia hacia mi persona y que además ha tenido la osadía de desafiarme en reiteradas oportunidades, a tal punto llega su insolencia que se ha puesto por encima de mí, de mi yo, si tal cual se los digo, sé que parece poco creíble, pero es absolutamente cierto. Es completamente independiente de mí y en consecuencia se denomina de forma distinta a la mía, el no es yo, se hace llamar Ego. En una oportunidad, de tantas que hemos discutimos, se me ha revelado como mayor a mi yo, cosa que no pude dejar pasar por alto, por lo que le informe que yo estoy por encima de todo y el todo lo incluía a él también, él me respondió que era súper y tan súper que me súper-aba, furioso lo retruque diciendo: “yo soy el súper yo, el yo soberano, el yo supremo, omnipotente y todopoderoso, soy el dios yo”, solo sonrió y me dijo que era ateo, en consecuencia no creía en mí, por lo que lucharía en mi contra hasta lograr la victoria final, hasta destruir a mi yo. Esto sucedió hace algún tiempo y ahora que lo pienso, hace bastante que no me topo con él, pobre ingenuo, creer que podía vencer a mi yo, una utopía absurda, aunque reconozco extrañarlo de tanto en tanto, me reconforta saber que si hemos luchado, a pesar de no tener conciencia de ello, seguramente lo he vencido con facilidad y eso me alegra, por poder seguir siendo yo el único, el verdadero dueño de mi ser y así poder mantener vigente la tremenda humildad que tanto me caracteriza, la humildad que solo yo soy capaz de tener….


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