"Deseo de ser, ser y deseo"

Deseo, ese maldito deseo de ser lo que no soy creando otra realidad. La realidad, ese lugar en el que la mayoría no quiere estar por impiadosa y crítica, por cruel. Mejor la fantasía que es mucho más agradable, complaciente y generosa, por eso se la prefiere aunque no se la reconozca ni se la distinga. Si la vida tuviese que ser vivida bajo una despiadada honestidad sería bastante difícil de soportar, casi imposible para los típicos mortales. Probablemente por eso siento muchas veces que me miento a mí mismo, que me confundo cuando excuso mis fracasos y minimizo mis errores, cuando creo que digo lo que pienso sin tener la certeza que ese pensamiento no sea externo, incorporado, ajeno, pero me consuelo pensando que al fin y al cabo soy un simple mortal, uno más entre la multitud, esa multitud negada y odiada por común, por comunión, una enorme y asfixiante comunidad. Cierto que esa vulgar rutina de lo común es evadida por unos pocos, por los elegidos que pueden mentir en público con sus máscaras, que pueden crear, que pueden cambiar la realidad por espacios de tiempo indeterminado, que juegan dentro de sí mismos y actúan, bendita actuación que tanto envidio, revelo aquí un deseo truncado en mi mundo real. Yo que entre mi realidad y mi fantasía subsisto a los saltos, asumo el pecado de lo no hecho mucho más que de la locura cometida, tal vez por mi propia incapacidad de reconocerme como un loco y creer que la verdadera locura esta en la pasividad de lo cotidiano, en la aceptación resignada de un destino determinado vaya a saber por quien o por que, invariable, en una obligación responsable y juiciosa. La responsabilidad, vaya que palabrita que me cuesta entender, solo puedo comprender la responsabilidad de los propios actos realizados, pero aquella que me reclaman antes de obrar, esa que se impone anterior al acto, que significa?, un apriorismo kantiano?. Creo que la mayor responsabilidad debe tenerse para si mismo, aunque parezca egoísta (no lo creo así), para mí es como el amor, debes amarte lo suficiente para poder amar a los demás. Debes amar la vida para respetar la vida ajena, debes amar el arte para poder amar al artista, debes amar la naturaleza para amar tu casa, la casa de todos, debes primero amarte responsablemente para luego amar alguna responsabilidad. En definitiva todo se relaciona con el amor, el amor que se tiene tan mal entendido al confundirlo con una relación sexual, no hay amor en el sexo, el sexo es sexo, simplemente una necesidad biológica y de placer físico y mental, lógicamente es más placentero si se realiza con quien se ama, pero confundir el amor con el sexo es empequeñecerlo, el amor es demasiado para limitarlo a lo sexual o simplemente asociarlo. Como en otras ocasiones me estoy alejando de la idea original, pero sentí necesario expresar estos conceptos para orientar al lector dentro de mis ideas, que no dejan de ser sensaciones, ocurrencias de la experiencia de vida, de lo cognoscitivo que creo ser. Volviendo a la cuestión que nunca planteé concretamente, pero de alguna manera esboce, la existencia, el mundo donde vivimos y el mundo que modificamos donde queremos vivir, el que adaptamos a nuestras necesidades, tanto lo imaginamos que a veces no lo podemos diferenciar del real y somos cautivos de nuestras creadas fantasías. El mundo real que nos arrastra diariamente, nos dice que debemos hacer y cuando, sin importarle si lo deseamos, si nos otorga algo de felicidad lo que hacemos y el mundo de nuestra fantasía, ese donde todo está justificado, donde no somos casi nunca culpables de nada, donde todo tiene una razón y una explicación aceptable, donde encontramos dosis de felicidad. Debo aclarar algo antes de seguir, cuando hablo de fantasía no me refiero a los anhelos o sueños, estos son verdaderos, posibles o no, pero no se envuelven en la mentira, en cambio el mundo de la fantasía que creamos a nuestro antojo es una enorme, en el mejor de los casos benevolente, falacia. Esta necesidad es típicamente humana y no hace distinciones de ningún tipo dentro de ese conjunto llamado humanidad, la tenemos en una medida u otra todos, algunos exacerbada y otros sutilmente apaciguada. En definitiva vivimos en un mundo creando y queriendo y creyendo en otro, fusionándolo permanentemente y de esa fusión constante nace lo que creemos que somos, pero solo con una profunda y honesta crítica interior podemos descubrirnos como realmente somos, si realmente lo deseamos. Probablemente sea un proceso arduo y doloroso, pero para algunos de nosotros es tan necesario con el mundo de fantasía, es una elección que tal vez no produzca beneficios, por eso "deseo, ese maldito deseo de ser lo que no soy creando otra realidad", es crecer, es dejar de desear el deseo para que el deseo se transforme en un propósito, un objetivo realizable y deje de ser una utopía. El paralelismo sincronizado de nuestros mundos está tan bien desarrollado que para la mayoría no existe, creen que solo hay un mundo con variables buenas y malas, defectos y virtudes, errores y aciertos, Etc…Etc., por supuesto que es mucho más "conveniente" creer esto en lugar de aceptar nuestra propia cobarde hipocresía, pero todo se derrumba cuando nos detenemos, cuando razonamos sinceramente, cuando podemos escapar de nuestro mundo de fantasía y aceptarnos tal cual somos con placer, con orgullo y sin resignación, cuando olvidamos como nos queremos ver y nos deja de importar como nos ven los demás, cuando comenzamos a vivir en un solo mundo maravilloso y real, abominable y falaz, seguramente lo que todos creen que hacen. (Terminé sonriendo por las últimas palabras).


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