Poema: "Himno profano"

 

Si pudiera poner en gesto lo que pienso,
la espera alumbraría indulgencia en mí;
en súplica errante germinan hipocresías.

Todo sepulcro lleva su estéril lápida,
todo profeta, raíz inmunda.
Fui profano por audacia, y la audacia me desgarró.

Bebí del manantial y ardí en deseo;
en el barro entendí lo fugaz del empeño.
Cada cruz inventa su excusa en llanto;
cada llanto cincela una cruz en el tiempo.

Si la conciencia se adormece por frágil,
así y todo abrazará su ciencia.
La bestia se pone encajes: fiera vestida de seda
en la senda sucia que la alimenta.

Me oirán aunque no quieran, me padecerán aunque duela;
de la sana razón quedan solo trozos,
y el mundo aplaude la pueril actuación.

Recibí abrazo y rechazo; fui lo que quise ser,
lo demás, trucos fallidos que oculté para guardar mi canto.
Si la voz claudica ante el llanto, las palabras serán destino:
si la voz se calla, el fuego grabará mi himno.