Poema: "El indigente"


La tarde se opaca y las sombras comienzan a diluirse,
sus ojos se enturbian intentando recordar y comprender.
El tiempo se desliza lentamente como todo alrededor,
un silencio lo golpea en el alma y la soledad lo abraza.

Sus manos marchitas y temblorosas admiten impotencia,
su cuerpo gastado y derrumbado implora algo de piedad,
pero la indiferencia lo desgarra con su habitual crueldad,
despojándolo de cualquier esperanza, de cualquier ilusión.

Recostado en la acera observa las siluetas apartándose,
escapando a su proximidad como de la peor enfermedad,
su corazón, que apenas palpita, conserva un poco de calor,
el indispensable para respirar, aguardando un aterido sueño.

El sol reaparece y su luz dibuja nuevamente las sombras,
la calle despierta en su cotidiana rutina como enajenada
mientras un montón de huesos y carne permanece inerte,
casi invisible, condenado con desprecio al absoluto olvido.


Poema: "Ser y no ser"


Su paso vacilante denunciaba
el derrumbe de sus cavilaciones
y aunque tardía llegaba penosa,
la alegre tristeza de su victoria.

Sus ansias se marchitan precoces
en el pálido reflejo de su ser,
carente ya de nuevas ambiciones
en la triste alegría de su derrota.

Concluir no le otorga un principio,
solo desgasta sus viejas emociones
y observando sus anteriores pasos
recuerda pasivo sus horas felices.

La aventura llega a su culminación
tan repentina como inesperada,
dejando un sabor desconocido
que promete permanecer eterno.

El tiempo no ha sido solo tiempo,
su historia jamás será recordada,
cansado se detiene, respira hondo
comprende, sonríe y se entrega.