Déjame decirte lo que siento, aunque no lo haga con palabras,
permíteme ser como soy, aunque no te agrade y te duela.
Quiero volar como un cóndor y jugar entre las nubes soberbio,
observar la distancia y pensarla pequeña, aunque me supere.
Mi horizonte es el sol y deseo gozarlo como un abrazo cálido,
como el abrazo cálido del amor que dejará heridas en mi
alma,
que sangraran toda mi vida.
Déjame huir de ti y de mí, escapar del inevitable y ruin destino,
disfrutar mis desgarradas vestiduras como piel de una
serpiente.
Renacer en cada esquina, imaginando lo imposible y absurdo,
conocer el dolor, el miedo, la desesperación, la soledad.
El placer de la conquista y la decepción del fracaso seguro,
el engaño que creeré y sufriré, la verdad que me lastimará más,
la que no quiero escuchar de ti.
Déjame perderme en el vicio y en mis malas compañías de
ruta,
elegir yo lo que creo correcto, a pesar de tus buenas
intenciones.
Ya tuvimos nuestro tiempo y juro que fui muy feliz a tu lado,
espero tenerte siempre a junto a mí, aunque estemos
separados,
imposible es olvidar tu amor, me es imposible dejar de
amarte,
aunque encuentre otros amores, serán diferentes al nuestro,
porque eres mi primer amor, madre…
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