Fue casi una alegre sorpresa,
que derramó en vano en mí
toda su inocencia insultante,
para develar cada diferencia.
Fue casi un pequeño milagro,
que por no habitual deslumbra;
aunque por lo común no resulta,
solo otro fruto más del árbol.
Fue casi como una oportunidad,
de compartir amores dispersos
en olvidados rincones,
bajo la sombra de mis vanidades.
Fue casi todo lo que necesitaba,
sin albergar ninguna esperanza,
claudicando pasivo en la sombra,
para intentar renacer con el alba.
Fue solo casi… y casi, lo fue todo.
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