Cuento: "Juventud imprudente"




Seguramente, muchas veces le habían aconsejado ser más cuidadosa y no andar sola tan tarde por las calles. Como toda joven adolescente, hacía caso omiso a las recomendaciones de los mayores, siempre tan preocupados por todo.
Como era habitual, recorría las calles del pueblo en horas nocturnas, le gustaba disfrutar la noche y su magia, su espíritu gozaba con el temor que pudiera surgir en esas solitarias caminatas.
El pueblo era pequeño, por lo que la desaparición de varios jóvenes lo tenían perturbado, todos estaban al tanto y las autoridades no encontraban respuestas. Sin importar esta situación, ella seguía, imprudentemente, transitando la noche en soledad. Como de costumbre, atraviesa un callejón en los límites del pueblo, donde se cruza con tres jóvenes de apariencia poco amistosa. Acelera el paso y prefiere no prestarles atención, pero uno de ellos la sujeta por el brazo y con actitud agresiva y sádica le dice: "Qué estás buscando, nosotros te lo podemos dar". La muchacha intenta soltarse, pero es inútil, recibe un fuerte golpe en el rostro y es arrastrada entre unos contenedores de basura. La golpean varias veces para someterla y uno de ellos le arranca las ropas y comienza a violarla. La joven, que hasta ese instante lloraba y rogaba para que no la dañen, empieza a sonreír, su violador siente como la vida se le escapa, mientras su cuerpo se seca con rapidez, hasta quedar, totalmente, seco y convertirse en polvo. Los otros dos, que se disponían al festín, quedan shockeados y antes que puedan reaccionar, son atrapados por la jovencita, que los sujeta por sus cuellos, besa a uno y en segundos corre la misma suerte que el primero, desintegrándose. El último la mira horrorizado, mientras ella lo mueve en el aire hacia su boca.
Mientras camina por las calles del pueblo, la joven se dice a sí misma: "Debo mudarme a una ciudad más grande, donde este banquete sea frecuente, aquí, ya casi no quedan".



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